Observaciones satelitales
Nubes de ceniza
El Centro de Alerta de Ceniza Volcánica (VAAC) de Washington ha reportado observaciones de dos nubes de ceniza en los últimos días. El 8 de agosto de 2018 se detectó una emisión de ceniza alrededor de las 16:00 TL, a una altura de cerca de 5750 msnm (500 m sobre el cráter) y moviéndose hacia el SW (Fig. 1). Posteriormente el 11 de agosto de 2018 se detectó una emisión de ceniza alrededor de las 15:00 TL, a una altura de cerca de 7570 msnm (2300 m sobre el cráter) y moviéndose hacia el WNW (Fig. 1). Antes de esta actividad, las últimas nubes de ceniza detectadas por la VAAC datan del 13 de octubre del 2017.
Alertas térmicas
Los sensores infrarrojos (térmicos) a bordo de diferentes satélites orbitando sobre nuestro país han detectado la presencia de algunas anomalías de calor en el volcán Sangay el 14 de agosto de 2018.
El sistema FIRMS detectó 1 anomalía térmica el 14 de agosto, ubicada en la parte inferior del flanco E del cono (Fig. 2). Por su parte el sistema MIROVA reporta dos anomalías termales bajas, de 9 y 7 MW en la madrugada del 14 de agosto, localizadas hacia los flancos N y NE. En las imágenes del satélite GOES 16 se observa un punto caliente persistente entre las 06:00 y 06:30 TL en el volcán, el día 14 de agosto. La presencia de estas anomalías de calor confirmaría que el volcán ha iniciado una nueva fase eruptiva. En los últimos meses no disponemos de registros sísmicos o acústicos debido a problemas técnicos.
Observaciones directas
ECU911 ha facilitado una imagen del volcán desde la ciudad de Macas, tomada esta mañana a las 05:49 TL; en ella se observa la presencia de incandescencia en la parte superior del volcán. Dada la ubicación de la misma se presume que, como en ocasiones anteriores, se está emitiendo un flujo de lava desde el domo Ñuñurco (Fig. 3).
Conclusiones
La última fase eruptiva del Sangay concluyó aparentemente en noviembre de 2017. Tras 9 meses sin actividad superficial el volcán presenta ahora una nueva fase eruptiva, similar a las observadas en los años anteriores. En función de la dirección y velocidad de los vientos, las emisiones de ceniza podrían provocar pequeñas caídas de ceniza al occidente del volcán y eventualmente atravesar algunas de las rutas aéreas del país. Vale indicar que en los últimos 14 años de actividad del volcán las nubes de ceniza no han superado 3500 m de altura sobre el cráter, siguiendo sus direcciones principales hacia el W, SW, NW y las secundarias hacia el SE, E y N.
Las alertas térmicas y la observación directa podrían indicar el posible descenso de un flujo de lava en el flanco ESE del volcán. Este fenómeno no representa una amenaza mientras su extensión se mantenga en las cercanías del volcán.
El IGEPN está muy atento a cualquier cambio en las condiciones presentadas por el volcán y mantendrá informada a la comunidad sobre el desarrollo de esta nueva actividad.
PR, MA, SH, BB, MR, SV
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional