Actualización – Disminución de la actividad eruptiva
Luego de la erupción registrada la madrugada del 20 de septiembre a las 04h20 – Tiempo Local (Figura 1 – a), el volcán Sangay ha registrado un retorno a los niveles de actividad eruptiva observados entre mayo 2019 y las primeras semanas de septiembre 2020. Los registros sísmicos aún muestran la ocurrencia de explosiones y emisiones de ceniza, pero mucho menos energéticas y similares a las observadas en los meses precedentes al evento del día 20 de septiembre, como se observa en el registro sísmico en la Figura 1 - b.
Según observaciones directas y reportes del VAAC de Washington, actualmente las alturas de las emisiones varían entre 1 y 2 km de altura sobre el cráter del volcán, con una dispersión de las nubes de ceniza principalmente hacia el occidente (Fig. 2).
Los modelos de dispersión de nubes de ceniza muestran que la disminución de su altura hace menos probable que se registren nuevas caídas de ceniza, sin embargo, esto puede cambiar repentinamente. Un fenómeno usual luego de grandes caídas como la registrada el día 20 de septiembre, es la re-movilización de la ceniza previamente depositada, misma que genera caídas de menor intensidad pero que pueden ser repetitivas.
Como se ha visto en meses anteriores, luego de las fases explosivas, se pueden generar lahares secundarios como producto de la remoción del material depositado en la zona alta del volcán por efecto de fuertes lluvias. Este fenómeno se restringe principalmente a los cauces de los ríos Volcán y Upano.
ESCENARIOS ERUPTIVOS
En base a la información que se dispone de la actividad eruptiva, y al conocimiento geológico de este volcán, el Instituto Geofísico propone los escenarios eruptivos descritos más adelante. Cabe recalcar que estos escenarios se establecen en un instante dado, en base a la actividad registrada por el volcán, así como las tendencias de cambio de la misma. Por tanto, son aplicables siempre y cuando la actividad no presente un cambio notable y deberán ser revisados si las condiciones del volcán así lo ameriten. Aunque no se establece una probabilidad de ocurrencia de cada escenario, si se presenta, de forma cualitativa, la posibilidad de ocurrencia de cada uno.
Los escenarios se presentan en orden del más probable al menos probable.
Escenario más probable: continúa la actividad eruptiva, con menor intensidad que la registrada el 20 de septiembre
La actividad eruptiva continúa alternando fases de mayor actividad eruptiva con emisiones de columnas de ceniza superiores a los 2km de altura y fases de menor actividad (columnas de ceniza de altura menor que 2km), pero con una significativa disminución respecto a la erupción mayor registrada el 20 de septiembre. Este escenario implica la continua emisión de flujos de lava hacia el flanco suroriental, con los consiguientes colapsos de frente de lava, que producen flujos piroclásticos que descienden por la cabecera del Río Volcán (Fig. 3). En este escenario, los principales fenómenos que pueden afectar a la población son: (1) ligeras caídas de ceniza debido a la actividad explosiva característica del volcán y a la removilización del material depositado por eventos anteriores. El movimiento de las nubes de ceniza está controlado por la dirección y velocidad del viento, que en esta época del año es típicamente fuerte y está dirigido hacia el occidente; y (2) la generación de flujos de escombros (lahares) en los ríos Volcán y Upano, asociados a la gran cantidad de material volcánico depositado y a las fuertes lluvias, propias de esta zona. Se destaca también la posibilidad de tener incrementos puntuales en la tasa de emisión de lava, generando por pocas horas incrementos de las caídas de cenizas, y luego retornar a una actividad más pulsátil. En base a los datos que disponemos a la fecha, este escenario es el más probable a corto plazo y representa la actividad típica en los últimos 100 años de actividad del volcán Sangay.
Escenario menos probable: nueva erupción mayor
El volcán presenta un patrón ascendente de la actividad eruptiva, asociado con un incremento fuerte de la tasa de emisión del magma. En este escenario se podría generar una fase explosiva mayor como la ocurrida en el año 1628 durante la cual se reportaron fuertes caídas de ceniza en Riobamba, incluso comparable con la actividad registrada el día 20 de septiembre. Este escenario estaría caracterizado por la generación de nuevos flujos piroclásticos de mucho mayor volumen y alcance, así como la formación de columnas de emisión de mayor altura y contenido de ceniza, las cuales provocarían grandes impactos a nivel regional, particularmente en el agro y la ganadería. Este tipo de erupción es similar a las ocurridas en los volcanes Tungurahua (2006) y Reventador (2002). No se descarta en caso de una erupción mayor que puedan colapsar partes de la nueva quebrada en el flanco suroriental generando flujos de escombros (Lahares) de mayor magnitud a los observados anteriormente en los ríos Volcán y Upano. Sin embargo, en base a los datos que disponemos a la fecha, este escenario es muy poco probable al corto plazo.
Recomendaciones generales
No acercarse a las zonas de peligro del volcán Sangay, como por ejemplo las riveras de los ríos Volcán y Upano. En caso de estar en zona de caída de ceniza protegerse con mascarilla, gafas de protección y limitar su exposición (más información: http://www.ivhhn.org/es/ash-protection). Mantenerse informado de la evolución de la actividad eruptiva en la página web del Instituto Geofísico y en sus redes sociales Twitter, Facebook. Seguir las recomendaciones de las autoridades de gestión de riesgos (SNGRE y GADs).
EL IGEPN se mantiene atento a la evolución de la actividad en el volcán Sangay e informará de sus pormenores.
MA, MR, ME
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