Actividad interna moderada con tendencia descendente
Resumen
Desde hace cuatro meses, la actividad superficial observada en el volcán Cotopaxi ha mantenido bajos niveles, y se ha caracterizado principalmente por la presencia de emisiones de gases que alcanzaron ocasionalmente más de 500 metros sobre el nivel del cráter. No se han observado emisiones de ceniza desde fines de enero. Ciertos parámetros de monitoreo como el flujo de SO2, el número de sismos tipo LP y tipo híbrido, y el número de episodios de tremor regresaron a su nivel de base pre-eruptivo. Últimamente el número de sismos tipo VT's ha disminuido a 15-20 por día, pero la magnitud de estos eventos se mantiene al mismo nivel que durante los meses anteriores, alcanzando hasta 2.8 Mlv. Se siguen registrando pocas explosiones internas (1-3/día). El análisis de la deformación del volcán indicaría la presencia una pequeña anomalía posiblemente asociada a una intrusión de magma en profundidad, sin embargo, el patrón de deformación registrado en diferentes estaciones no presenta tendencias coherentes hasta el momento.
En base a los resultados del monitoreo el escenario más probable al momento de la publicación de este informe es que la actividad superficial del volcán se mantenga a un nivel bajo en las próximas semanas. En este escenario se prevé que el volcán siga produciendo emisiones de gas y posiblemente pequeñas emisiones de ceniza sin afectación a las poblaciones aledañas al volcán. Adicionalmente se podrían producir lahares secundarios que se queden dentro de los límites del Parque Nacional Cotopaxi como hasta ahora. No se descarta un cambio de actividad del volcán en las próximas semanas, pero es un escenario menos probable. Al final del informe se detallan estos escenarios.
Sismicidad
En las últimas semanas se observa una disminución en el número de eventos (Fig. 1), registrándose diariamente menos de 20 sismos de tipo volcano-tectónico (VT), entre 1 y 6 sismos de tipo híbrido (HB), y 1 a 3 explosiones internas. Sin embargo, el tamaño de estos eventos se mantiene similar a lo registrado en enero y febrero, con magnitudes entre 1 y 2.8 Mlv (Fig. 2). Estos eventos se localizan entre 2 y 9 km bajo el cráter (Fig. 3).
Deformación
Las estaciones GPS del flanco occidental (CAME, NAS1) y del flanco oriental (TAMB) muestran un movimiento de Occidente a Oriente (O-E) que no se observa en las otras estaciones (Fig. 4). Este movimiento podría estar asociado con una pequeña perturbación en el interior del volcán que puede asociarse a un reacomodamiento del magma. Sin embargo, la evolución del movimiento de la componente vertical no permite observar una señal clara de ascenso de magma (inflación).
Emisión del SO2
Se ha visto un continuo descenso en los flujos diarios de SO2 a partir de diciembre de 2015 (Fig. 5). A fines de marzo se observa un leve incremento, sin embargo, estos valores están dentro de los niveles de fondo establecidos desde 2011 (Fig. 6).
El número de medidas válidas registradas en la estación con el mayor flujo de SO2 presenta una tendencia decreciente a partir de diciembre de 2015 (Fig. 7). Cabe recalcar que los números altos de medidas válidas indican emisiones mayores y más continuas, mientras números de medidas bajos indican emisiones discontinuas.
En los últimos meses no se ha podido detectar SO2 mediante observaciones satelitales, debido a la disminución en la cantidad de gas emitido. Del mismo modo las travesías de medición de gases (mobile DOAS) no han permitido detectar la presencia de SO2.
Observaciones visuales
Durante las últimas semanas, las condiciones de observación visual han sido mayormente desfavorables con una alta nubosidad. La actividad superficial se caracterizó principalmente por emisiones de baja energía de gas alcanzando en ocasiones hasta 900 m sobre el nivel del cráter (Fig. 8 y 9).
Hasta el momento se observa que continúa el proceso de fusión de los glaciares iniciado luego de las explosiones de agosto de 2015. Se mantiene la presencia de agua y humedad a la base de los frentes glaciares, generadas por la fusión de los mismos. Estos forman delgados hilos de agua que descienden por los flancos hasta sus drenajes principales (Fig. 10). En el último sobrevuelo realizado el 26 de enero de 2016 fue evidente que los glaciares continúan sufriendo desplazamientos pendiente abajo con la formación de grietas y fracturas (Fig. 11).
Caída de ceniza
Desde el 23 de noviembre de 2015 no se registraron caídas de ceniza significativas asociadas a la actividad del volcán. Las pequeñas emisiones de enero probablemente no provocaron caídas de ceniza medibles en las proximidades del volcán.
Monitoreo Térmico
Con respecto a las temperaturas de los diversos sitios del cono en los que se efectúa el monitoreo rutinario, de forma general se puede indicar que los valores de TMA (Temperatura Máxima Aparente) medida el 26 de enero de 2016 son ligeramente inferiores a los medidos anteriormente, en especial comparados con aquellos de los meses de septiembre y octubre de 2015, donde alcanzaron sus valores más altos. En los flancos superiores del cono los efectos más notorios han sido la pérdida acelerada de los glaciares (Fig. 12), prácticamente se observa un continuo sin glaciar entre Yanasacha y la cumbre sur, adicionalmente este fenómeno aparentemente debilita las paredes superiores de los flancos, en los cuales la falta de cobertura glaciar, da lugar a desprendimientos y fenómenos de remoción del material en los flancos (Fig. 12).
Lahares
Debido a lluvias de variada intensidad ocurridas alrededor del volcán Cotopaxi se ha registrado el descenso de 58 lahares secundarios desde agosto de 2015. La mayor parte de ellos han descendido por los flancos occidental y noroccidental, principalmente por la quebrada Cutzualo ubicada al occidente del volcán que se une con la quebrada Agualongo cerca del puente que se encuentra en la vía dentro del Parque Nacional Cotopaxi.
En su mayoría los lahares son muy pequeños y tienen caudales menores a 5 m³/s. Se restringen a zonas dentro del Parque Nacional por lo que en general no constituyen una amenaza para las zonas pobladas e infraestructura. Ocasionalmente se observó eventos más caudalosos (>30 m³/s) y los lahares invadieron la vía.
El mayor número de lahares ocurrió en los meses de noviembre de 2015 y febrero de 2016 con 13 eventos. A continuación, se muestra un diagrama del número de lahares ocurridos por mes (Fig. 13).
Posteriormente al lahar ocurrido el 13 de enero de 2016, que fue el evento más caudaloso registrado e invadió la vía (reportado en el Informe Especial No. 2), no se han registrado nuevamente eventos de estas características, debido a que las lluvias no han sido de intensidad muy fuerte. Los caudales de los lahares ocurridos durante los meses de febrero y marzo de 2016 se encuentran dentro del promedio (5 m³/s), excepto el último lahar registrado que tuvo un caudal de 20-25 m³/s y ocurrió el 19 de marzo.
Interpretación
Los datos de monitoreo obtenidos hasta el 28 de marzo de 2016 confirman que ciertos parámetros del monitoreo (SO2, LPs, tremor, ceniza) han regresado hasta el nivel de base pre-eruptivo. Todos estos parámetros están vinculados de alguna manera a la salida de gas. La deformación del edificio marca una pausa desde noviembre 2015 pero no ha regresado al nivel pre-eruptivo y últimamente se observa una nueva pequeña anomalía posiblemente asociada a la reacomodación del magma en profundidad. Esto indicaría que parte de la intrusión magmática responsable de la actividad eruptiva entre Agosto y Noviembre 2015 permanece en profundidad. El número de sismos de tipo VTs ha disminuido respecto a los meses anteriores, pero no sus magnitudes. Adicionalmente se siguen registrando pequeñas explosiones internas indicando que sigue una fuente de presión al interior del volcán.
Al momento no hay evidencia de un cambio de comportamiento del Cotopaxi respecto a las últimas semanas, pero no se puede descartar el inicio de un cambio de estos patrones de estabilidad actuales en plazos cortos. El IGEPN está muy atento de cualquier cambio en las condiciones presentadas por el volcán.
Escenarios
Al momento el volcán no presenta una actividad eruptiva significativa y en función de esto se mantienen los cuatro escenarios propuesto en informes anteriores, organizados del más probable al menos probable:
- 1) La actividad superficial se mantiene baja con posibles pequeñas emisiones de ceniza como la del 24 de enero de 2016 que no afectan a la comunidad. Lahares secundarios pequeños se pueden formar debido a la removilización del material eruptivo por lluvia o deshielo del glaciar afectando de manera leve únicamente la zona del Parque Nacional Cotopaxi como se ha evidenciado en el evento del 19 de marzo de 2016. Este es el escenario más probable para las próximas semanas si no hay un inicio de cambios en los parámetros de monitoreo.
- 2) Una explosión interna o un VT un poco más energético podrían producir una pequeña reactivación del volcán. En este caso se podrían reanudar las emisiones de ceniza acompañadas de posibles explosiones pequeñas a moderadas. Caídas de ceniza afectarían zonas cercanas al volcán en función de la velocidad y dirección del viento. Los depósitos de ceniza alcanzarían pocos milímetros de espesor. En este caso la nueva acumulación de material sobre el glaciar y los flancos del volcán podría aumentar el tamaño y la frecuencia de los lahares secundarios. Sin embargo, estos también afectarían principalmente el Parque Nacional Cotopaxi.
- 3) Un nuevo pulso de magma llega al reservorio, pero su paso a la superficie está obstruido por un tapón, lo que provoca un aumento de la presión en el conducto volcánico. Eventualmente, la presión del magma vence la resistencia del tapón, produciendo una (o más) explosiones de tamaño moderado a grande con abundante incandescencia, caídas de bombas balísticas que alcanzan un máximo de 5 km desde el cráter y pequeños flujos piroclásticos (tipo Tungurahua julio 2013). Las caídas de ceniza son moderadas a fuertes en las direcciones predominantes del viento con una acumulación de algunos milímetros hasta pocos centímetros de ceniza cerca del volcán. Adicionalmente se pueden formar lahares por la mezcla del material volcánico con agua de derretimiento del glaciar. En este escenario los lahares podrían ser de tamaño pequeño hasta moderado y afectarían principalmente la zona del Parque Nacional Cotopaxi. También podrían bajar hasta zonas pobladas en los drenajes principales del volcán (ríos Pita, y/o Cutuchi y/o Alaquez y/o Jatunyacu), aunque sin mayor afectación. Al momento de la publicación de este informe este escenario es menos probable que 1) y 2) debido a la falta de evidencia de una nueva intrusión.
- 4) no se descarta por completo una erupción de mayor magnitud asociado a una intrusión de mayor volumen que en el escenario 3). Al igual que el escenario 3), la falta de evidencia de una nueva intrusión de gran volumen hace que el escenario 4) sea el menos probable de todos. De todas maneras, hay que recordar que los anteriores períodos eruptivos del Cotopaxi en los siglos anteriores se caracterizaron por durar muchos años y porque en dentro de este período de años se produjeron 1-2 erupciones mayores como la considerada en el escenario 4.
Estos escenarios podrán ser cambiados de acuerdo a la evolución de la actividad del volcán.
BB-GV-PJ-SH-DS-FV-PR-SA-MR-GPM
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional