Actualización de la actividad eruptiva
Resumen
El 12 de enero del 2020, poco antes de las 18h10 Tiempo local de Galápagos (TG = UTC - 6 horas o Tiempo del Ecuador - 1 hora), el volcán Fernandina inició su tercera erupción en menos de 3 años. Esta erupción fue precedida por un incremento de la actividad sísmica (Informe Especial N°1). Sobre esta situación se comunicó a la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), alertándoles de que podía sobrevenir una erupción como ocurrió en ocasiones anteriores. La erupción se inició poco antes de las 18h10, desde una fisura circunferencial ubicada bajo el borde oriental de la caldera a una elevación aproximada de 1300-1400 m sobre el nivel del mar, provocando la emisión de flujos de lava en el flanco oriental. También se observó una nube de gas volcánico a una altura aproximada de 1500-2000 m sobre el nivel de la fisura (~3-3,5 km sobre el nivel del mar) y en dirección hacia el occidente-noroccidente. La erupción fue observada por guardaparques del Parque Nacional Galápagos desde la estación del Canal Bolívar. En las últimas horas, el nivel de actividad sísmica, la emisión de gas volcánico y las anomalías térmicas han disminuido significativamente, indicando un descenso rápido de la actividad eruptiva, similar a lo ocurrido en 2017 y 2018. Es importante indicar que en ocasiones anteriores (Fernandina 2009, Wolf 2015, Sierra Negra 2018), una disminución inicial de la actividad inicial ha sido seguida por una segunda fase eruptiva. El IG-EPN continúa la vigilancia volcánica e informará si se observan cambios en la actividad interna o externa del volcán.
Antecedentes
El volcán Fernandina (0.37°S, 91.55°W, 1476 m), también llamado Cerro la Cumbre, es un gran volcán escudo con caldera somital (6,5 km NW-SE, 4,8 km NE-SW, 900 m de profundidad) de composición basáltica que construyó la isla Fernandina (34 km NW-SE, 30 km NE-SW) en el extremo occidental del archipiélago de Galápagos (Ecuador). Tiene la mayor frecuencia de erupciones volcánicas en Galápagos durante el periodo histórico con al menos 27 a 29 erupciones desde 1800 (incluyendo la erupción actual de 2020). Su precedente erupción inició el 16 de junio del 2018 y duró aproximadamente 2 días.
Anexo técnico-científico
Sismicidad
El RMS (indicador que permite observar la amplitud de la señal sísmica) mostró un incremento rápido a raíz del enjambre sísmico del 12 de enero del 2020 (Informe Especial N°1), llegando a un máximo a las 16h50 TG, aproximadamente 70 minutos antes del inicio de la erupción (Figura 2). Posteriormente se observó un segundo incremento asociado al tremor de erupción con un pico de amplitud registrado aproximadamente 30 – 40 minutos después del inicio de la erupción. A partir de ese momento se observa una disminución paulatina de los valores de RMS, llegando casi al nivel pre-eruptivo al momento de publicación de este informe.
Anomalías térmicas y nubes de gas
En las imágenes satelitales proporcionadas por la NOAA/CIMSS (Figura 1), se observa claramente la aparición de un punto caliente correspondiente al inicio de la actividad eruptiva entre las 18h00 y 18h10. Inmediatamente después del inicio de la actividad superficial se observa la formación de una nube de gases volcánicos dirigida hacia el occidente-noroccidente. La emisión de gas disminuyó a partir de las 21h00 y paulatinamente las anomalías térmicas también disminuyeron hasta la hora de publicación de este informe. El sistema FIRMS (Fire Information for Resource Management System) permite ver la extensión de la zona potencialmente afectada por la erupción en el flanco oriental del volcán Fernandina (Figura 2). Hasta el momento los flujos de lava no han llegado a la costa.
Observaciones visuales
La erupción fue observada y registrada por guardaparques del Parque Nacional Galápagos desde la estación del Canal Bolívar (Figura 4).
Recomendaciones
Cabe destacar que no hay asentamientos humanos en la zona de la erupción y que la dirección del viento lleva el gas hacia el occidente-noroccidente, al lado opuesto de las islas pobladas (Isabela, Santa Cruz, Floreana y San Cristóbal). En caso de que los flujos de lava ingresen al mar, se recomienda permanecer alejados, puesto que se pueden producir explosiones y liberación de gases nocivos cuando la lava entra en contacto con el agua. Adicionalmente, los flujos de lava pueden provocar extensos incendios, como ocurrió durante la erupción de 2017.
BB, SH, FJV, SH, PR, FN
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