Observaciones visuales y Actividad superficial
1. Cráter Central:
En el cráter central se observa la emisión continua de vapor de agua, gases y ceniza de contenido moderado a alto. Sensores satelitales han identificado emisiones de dióxido de azufre de hasta 1300 t/d y que generalmente oscilan entre los 100-500 t/d (Fig. 1a). Estas se dirigen principalmente al occidente-suroccidente, siendo esta la dirección predominante de los vientos (Fig. 1b). Las columnas de ceniza durante el periodo 2019 han alcanzado hasta 3 km snc (Fig. 1b), con un promedio de 1 km snc. Esta actividad ha producido en los últimos días reportes de caídas de ceniza principalmente en los sectores de Cebadas y Guarguallá (provincia Chimborazo). Adicionalmente, se ha observado emisión de gas desde los campos fumarólicos ubicados en el sector Ñuñurco y a lo largo de la fisura en el flanco Sur, bajo el cráter central.
2. Vento Ñuñurco:
El análisis de las imágenes térmicas indica una temperatura de al menos ~480°C en el vento Ñuñurco por el cual se han emitido varios flujos de lava (Fig. 2). Algunos de estos flujos han alcanzado distancias mayores a 2 km, por lo que han sido reportados también por varios sistemas de detección automática satelital como MIROVA, MODVOLC (Fig. 1c) y FIRMS. Desde el frente de estos flujos se desprenden bloques calientes que llegan a la base del cono, los cuales se acumulan en la cabecera superior del Río Volcán. Hasta la fecha se ha estimado un aproximado de 5025 millones de m3 de material emitido (líneas azules en la figura Fig. 1c).
3. Río Volcán:
Durante el sobrevuelo efectuado el 6 de agosto de 2019; en el flanco Oriental se pudo observar la cuenca superior del río Volcán, la misma que estaba llena de sedimentos de color claro. Las imágenes térmicas de esta zona mostraron también que los depósitos en algunos sectores estaban calientes, inclusive en el cauce del río (Fig. 3).
La presencia de sedimentos en la confluencia del río Volcán y Upano, ha sido persistente durante los últimos meses (ver Informe Especial N 4). Esta acumulación se debe a que el material de la actual erupción es removilizado por las lluvias en el sector, lo que da lugar a la formación de flujos de lodo. En las cercanías de la confluencia de los ríos se encontró un depósito de un lahar muy reciente, el cual es rico en material tipo arena de un espesor aproximado de 30 cm a las orillas del río (Fig. 4). Adicionalmente, en la salida de campo llevada a cabo el 19 de octubre, las aguas del río Volcán presentaron un pH de 7.91, temperatura de 17.9C y conductividad de 179 uS/cm2, siendo estos valores similares a otros ríos del Ecuador.
Conclusiones
El volcán Sangay mantiene su actividad eruptiva iniciada el 7 de mayo de este año, esta se caracteriza por emisiones explosivas desde el cráter Central, y efusiva en el vento Ñuñurcu. Las columnas de ceniza han alcanzado alturas máximas de 3 km sobre el cráter con un promedio de 1 km. Debido a esta actividad, recientemente, se ha reportado caída de ceniza en los sectores de Cebadas y Guarguallá (provincia Chimborazo). Los principales peligros volcánicos asociados a esta fase eruptiva son: caída de ceniza, proyectiles balísticos, flujos de lava y su posterior colapso los que pueden alcanzar distancias de varios kilómetros. Además, las frecuentes lluvias causan la removilización del material volcánico generando flujos de lodo y lahares en el río Volcán, que pueden afectar las aguas del río Upano. Finalmente, vale mencionar que la actividad eruptiva registrada durante este año (2019) ha sido superior a la registrada en procesos eruptivos anteriores recientes (erupciones 2015, 2016, 2017 y 2018).
El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional se mantiene atento al proceso eruptivo actual del volcán Sangay e informará oportunamente de darse algún cambio en su comportamiento.
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Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional