Varios objetivos de importancia para el monitoreo y evaluación de la actividad actual del volcán fueron planteados para esta misión, entre los más importantes: Captura de imágenes térmicas y de rango visible, muestreo de los productos volcánicos asociados a la actividad reciente del volcán (flujos piroclásticos, balísticos y flujos de lava), instalación de cenizómetros para recolección de ceniza volcánica, reparación y mantenimiento de las estaciones de monitoreo permanente; el equipo técnico (Fig. 1), contó con el apoyo logístico de un helicóptero y tripulación al mando del Capitán Esteban Ramírez, por parte de la compañía AVIOANDES S.A. contratado gracias a la gestión de OCP – ECUADOR.
OBSERVACIONES VISUALES
El clima en la zona fue muy variable, por lo que el volcán permaneció nublado la mayor parte del tiempo, excepto a tempranas horas de la mañana y al atardecer donde este se mostraba despejado. Es muy evidente que su actividad eruptiva actual tanto interna como superficial es bastante alta y se encuentra caracterizada por la emisión continua de flujos de lava y fuertes explosiones (Fig. 2), que generalmente están acompañadas de flujos piroclásticos y columnas de ceniza que alcanzan generalmente hasta unos 2 kilómetros de altura sobre la cumbre y que preferencialmente se dirigen hacia el occidente y suroccidente, los balísticos asociados a estas explosiones alcanzan grandes distancias, pudiendo llegar en algunas ocasiones hasta la base del cono.
Similar a lo observado en abril del presente año, se pudo evidenciar que el cráter del volcán aún presenta dos ventos, los que se presentan alineados en sentido norte-sur; y su actividad es contemporánea, aunque cada uno de estos muestran patrones diferentes de actividad. El vento ubicado hacia el norte del cráter manifiesta una actividad efusiva, con la emisión de tres diferentes flujos de lava, se pudo observar que en frente del flujo de lava del flanco norte se producen colapsos del mismo y se desprenden grandes bloques de material volcánico que descienden a grandes velocidades a manera de flujos piroclásticos secundarios, llegando a alcanzar la base del cono y en algunas ocasiones parecen haber llegado algunos metros más abajo respecto a la estación CONE (ubicada aprox. a 2600 msnm). Los otros dos flujos de lava descienden, uno por el flanco nororiental y el otro por el flanco oriental. Al vento que se ubica al sur del cráter se lo asocia con la ocurrencia de explosiones y que, en el caso de las más fuertes, generan flujos piroclásticos que descienden principalmente por el flanco sur.
MONITOREO TÉRMICO
Fue posible obtener varias imágenes térmicas de la totalidad del cono actual del volcán y también secuencias que muestran la actividad superficial continua en el tiempo.
El procesamiento de las imágenes termales muestra una temperatura máxima aparente (TMA) de 434,4 °C en el vento del cráter N, y los flujos de lava norte, nororiental y oriental reflejan temperaturas máximas de 275,0 °C, 294,7 °C y 279,8 °C (Fig. 3; Fig. 4), respectivamente.
Una imagen térmica tomada durante la explosión observada el día 07 de noviembre aproximadamente a las 20h38 tiempo local (TL), arrojó un valor máximo de temperatura de 325,6 °C y estuvo acompañada de un fuerte cañonazo y del descenso de pequeños flujos piroclásticos por el flanco sur del cono volcánico.
RECOLECCIÓN DE MUESTRAS
Para el muestreo se utilizó una cámara térmica, lo que permitió seleccionar muestras relativamente calientes de los productos volcánicos más recientes y luego se procedió a su recolección, obteniéndose ejemplares de los flujos piroclásticos, balísticos y rodados del frente del flujo de lava en el flanco N-NE (Fig. 5).
El equipo técnico del IG realizó descensos rápidos desde el helicóptero en un sector del flanco N-NE (Cota 2.702 msnm), donde actualmente se depositan flujos piroclásticos y los balísticos producto de las grandes explosiones; en total se lograron recolectar un total de 3 muestras con la finalidad de ahondar en la investigación de la actividad actual que presenta este volcán. Sobre las muestras tomadas se efectuarán análisis químicos y petrográficos, de cristalinidad, de permeabilidad y de isotopos.
CONCLUSIONES
En base a lo observado durante el trabajo en el campo, se concluye que la actividad de El Reventador mantiene en un nivel alto y que además el estilo de su actividad no ha cambiado significativamente en los últimos meses, presentando dos tipos de actividad: una de tipo efusiva relacionada al vento norte y de tipo explosiva relacionada al vento sur. Durante la estadía en el campo, la recurrencia de las explosiones mayores se presentó en intervalos de algunas horas (2 – 4 horas entre cada explosión) sin embargo, pequeñas emisiones acompañadas de bramidos fueron observadas y escuchadas en períodos de tiempo más pequeños (minutos).
PR, MA, EG
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional