Desde la reactivación del volcán Tungurahua en 1999, el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional ha mantenido un observatorio permanente (OVT), gracias al préstamo generoso de una casa de campo en una hacienda en la población de Guadalupe (Prov. Tungurahua) por parte de la Familia Chávez. Es allí donde se realizan una de las labores más importantes por parte de los científicos del IG-EPN, esta consiste en el permanente monitoreo (las 24 horas del día y los 7 días de la semana durante todo el año) del volcán Tungurahua.
El Observatorio del Volcán Tungurahua (OVT) es un lugar privilegiado por su ubicación ya que permite hacer observaciones directas del flanco Nor-Occidental del coloso, ya que está situada a 13 km del cráter. El OVT es un lugar estratégico en donde se reciben todas las señales geofísicas de los instrumentos de monitoreo instalados en los flancos del volcán, además de la información vía radio comunicada por los vigías (guardianes del volcán) que se encuentran en las comunidades aledañas al mismo.
Toda esta información es procesada y evaluada por los científicos de turno en el OVT y el IGEPN (Quito), datos que a la larga permiten delinear los escenarios más probables del comportamiento próximo del volcán, los que posteriormente son remitidos a la comunidad en general por medio de Informes Especiales.
Un componente importante en el monitoreo del volcán Tungurahua es el trabajo de los voluntarios locales; líderes en sus comunidades. Ellos son conocidos como: "Vigías". Una de sus funciones es reportar sus observaciones visuales y auditivas relacionadas a la actividad superficial del volcán por un sistema de radio UHF. Además ayudan en el mantenimiento, limpieza, recolección de datos e instalación de las estaciones de monitoreo del volcán. Por lo que los vigías constituyen un componente fundamental en el monitoreo así como en el Sistema de Alerta Temprana.
Mantener una comunicación en dos sentidos (OVT - Vigías) ha permitido que la información sea oportuna y precisa. Además que facilita la toma de decisiones rápida y adecuada frente a los diferentes fenómenos vulcanológicos.
El Observatorio del Volcán Tungurahua, OVT, es monitoreado por un científico senior y un asistente, se realizan turnos de ocho días de rotación (martes a martes). Ellos registran la actividad visual y audible, reciben y evalúan las señales de entrada de la red de monitoreo del volcán, prestan apoyo a los científicos, estudiantes nacionales y extranjeros que realizan trabajos de campo en el volcán, participan en reuniones a nivel local y provincial, dan entrevistas en estaciones de radio, televisión y prensa, y proporcionan actualizaciones verbales frecuentes acerca de la actividad volcánica en el sistema de radio UHF regional. También recolectan datos a partir de fuentes termales, mediciones de gas con DOAS móvil, recolectan muestras de cenizas y depósitos de lahares. Además reciben y registran las observaciones de los vigías de volcán.
El monitoreo continuo del volcán Tungurahua emplea instrumentación sísmica (periodo corto y banda ancha), detección de emisión de gases SO2 (COSPEC y DOAS) y métodos geodésicos (EDM, inclinómetros, GPS y ocasionalmente INSAR). Además, las imágenes térmicas durante los últimos 10 años han demostrado ser un instrumento invaluable para observaciones en la noche y el estudio de los diferentes fenómenos volcánicos. Adicionalmente se utiliza monitores de flujo acústico (AFM), estaciones para detectar y registrar la actividad lahárica secundaria (Flujos de lodo), generados por la removilización de material volcanoclástico con la lluvia en las pendientes pronunciadas, las cuales siguen siendo la amenaza más frecuente, ya que afectan a las principales carreteras que rodean al volcán y también algunas infraestructuras. Durante estos 15 años de episodios eruptivos más de 800 lahares han sido registrados por el sistema de monitoreo de AFM, que a menudo resulta en advertencias de lahares al público emitidas desde OVT.
En Mayo de 2019, habiendo transcurrido más de 3 años sin señales de actividad, el Observatorio del Volcán Tungurahua cerró sus puertas, desde entonces la actividad del volcán Tungurahua se monitorea desde la sede del IG-EPN en Quito.