Han pasado 30 años ya desde el penoso fallecimiento de dos técnicos del IG-EPN en el Cráter del Volcán Guagua Pichincha. El Ing. Victor Hugo Pérez y Egdo. Álvaro Sánchez, ambos miembros del Instituto Geofísico de la EPN, se encontraban en el campo verificando explosiones que se habían reportado en el volcán en días pasados, tras haber permanecido el volcán en relativa calma por más de una década.
El 12 de marzo de 1993, a las 11h46 de la mañana, tiempo local, ocurrió una explosión relativamente pequeña justo en dirección de donde se encontraban los vulcanólogos. La explosión fue detectada con la instrumentación en la sede central del IG-EPN en Quito, tras lo cual se intentó establecer contacto radial con los vulcanólogos quienes lamentablemente ya habían fallecido. No fue sino hasta el día siguiente cuando sus cuerpos pudieron ser recuperados.
Figura 1.- Artículo de El Comercio sobre el fallecimiento de dos vulcanólogos del IG-EPN en el cráter del volcán Guagua Pichincha, 14 de marzo de 1993.
A este suceso se suma otra tragedia acaecida unos meses antes el mismo año. La muerte de seis vulcanólogos y tres turistas en el vecino volcán Galeras de Colombia, durante el viaje de campo de un Congreso Científico Internacional organizado por las Naciones Unidas en enero del 1993. Pero esta no fue la primera vez que algo similar sucedía en la región, se tienen registros de que la erupción del Sangay del 12 de agosto de 1976 cobró también la vida de dos científicos de origen inglés que se encontraban en las cercanías del cráter investigando su actividad. Todos estos sucesos nos recuerdan lo peligroso que puede ser ingresar a un cráter volcánico activo.
Las zonas de influencia volcánica son normalmente complejas, por los riesgos inherentes que la actividad de un volcán representa. Dentro de un volcán activo los peligros son varios: Las explosiones, gases nocivos, asfixiantes y venenosos, las altas temperaturas, el riesgo de caídas y los deslizamientos de rocas son solo algunos de los fenómenos a los que uno se expone al ingresar a un cráter volcánico activo.
Los rescates en alta montaña
Los accidentes pueden suceder en cualquier momento y el comportamiento de la naturaleza es casi siempre impredecible, por lo que los cráteres de volcanes activos y los campos fumarólicos suelen estar restringidos al público. Debemos recordar que estas zonas son de difícil acceso, por lo tanto, se sabe que en caso de un accidente la ayuda tardará un mínimo de 2 horas en llegar, lo que en algunos casos pudiera ser muy tarde para salvar la vida de las personas.
¿Qué debemos hacer?
Lo primero es permanecer informados: antes de hacer actividades de camping, andinismo o senderismo debemos informarnos sobre la actividad del volcán y sobre las prohibiciones existentes en la zona que vamos a visitar.
En todo momento debemos seguir las indicaciones de los guardaparques y obedecer la señalética que esté colocada, no salirnos de los senderos y de ser necesario ir en compañía de guías de montaña certificados.
No buscar riesgos innecesarios y no acceder a zonas que parecen inestables o peligrosas.
D. Sierra, A. Vásconez
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional