Actualización de la actividad eruptiva
Resumen
El volcán Sangay continúa con su actual fase eruptiva iniciada el 7 de mayo (un total de 190 días hasta la publicación de este informe). Se destaca que la actividad ocurre desde dos centros eruptivos: el cráter Central y el vento Ñuñurco (suroriental). El cráter Central tiene actividad explosiva que genera pequeñas emisiones de ceniza de hasta 3.2 km de altura sobre el cráter y que se dirigen frecuentemente hacia el occidente y suroccidente. Asociado a estas emisiones, en los últimos días se han reportado caídas de ceniza en los sectores de Cebadas y Guarguallá (provincia Chimborazo). Además, bloques balísticos son arrojados por las explosiones y se depositan en todos los flancos superiores del volcán. Por otro lado, el vento Ñuñurcu presenta actividad efusiva que resulta en una emisión casi continua de flujos de lava que se depositan a lo largo del flanco suroriental. En los frentes de los flujos de lava suelen ocurrir pequeños desprendimientos de rocas que alcanzan la cuenca y cauce superior del Río Volcán. Frecuentemente, estos depósitos son removilizados por lluvias formando flujos de lodo y escombros (lahares) en el Río Volcán. La presencia de sedimentos en este río, que aguas abajo se une al río Upano, ha sido persistente durante los últimos meses (ver Informe Especial N 4). En una inspección de campo llevada a cabo el 19 de octubre, se encontró un depósito de un lahar reciente a las orillas del río Upano. Además, se midieron valores de pH de 7.91, temperatura de 17.9C y conductividad de 179 uS/cm2 en el agua del en el río Volcán, siendo estos normales en comparación con otros ríos del Ecuador.
Recomendaciones generales: no acercarse a las zonas de peligro del volcán Sangay; en caso de estar en zona de caída de ceniza protegerse con mascarilla, gafas de protección y limitar su exposición (más información: http://www.ivhhn.org/es/ash-protection); mantenerse informado de la evolución de la actividad eruptiva en la página web del Instituto Geofísico y en sus redes sociales Twitter, Facebook; seguir las recomendaciones de las autoridades de gestión de riesgos (SNGRE y GADs).